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El tono autónomo y la variabilidad de la frecuencia cardíaca son indicadores importantes de su salud: aquí le explicamos por qué


Dra. Elisabetta Burchi, MD, MBA
Psiquiatra Clínico
Líder de Investigación Traslacional en Parasym.

Los individuos necesitan ser flexibles para adaptarse y prosperar en diferentes circunstancias ambientales. Dado que la flexibilidad psicológica del comportamiento se considera uno de los rasgos de personalidad más adaptativos, la variabilidad funcional es una característica clave de los sistemas biológicos sanos. Para adaptarse a un entorno cambiante y mantener la homeostasis fisiológica, los sistemas biológicos sanos exhiben variabilidad funcional, como patrones de actividad complejos y no lineales.

De hecho, aunque pueda parecer contradictorio, un corazón sano no se parece en nada a un metrónomo. Un corazón en buena forma muestra lo que se llama “variabilidad de la frecuencia cardíaca” (VFC),  una fluctuación en los intervalos de tiempo entre latidos adyacentes . La VFC permite que el sistema cardiovascular reaccione ante desafíos físicos y psicológicos repentinos a la homeostasis con rápidos ajustes funcionales. En las últimas décadas, ha habido un interés creciente en torno a la VFC y su asociación con la aptitud cardiovascular.

Numerosos estudios encontraron que la VFC es un predictor sensible de un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos y muerte por todas las causas. Esto se explica biológicamente por el hecho de que la VFC es un marcador correlativo de la compleja interacción entre el sistema nervioso y el ritmo cardíaco y puede descubrir de manera sensible los diferentes procesos fisiológicos que sustentan la resiliencia cardiovascular. 
 
La VFC indexa la función neurocardíaca y, en última instancia, refleja el equilibrio del sistema nervioso autónomo que resulta de la interacción de sistemas reguladores interdependientes que operan en diferentes escalas de tiempo. Este complejo sistema ve el equilibrio entre el tono parasimpático y simpático, la variación de la presión arterial, el estado emocional y metabólico que influyen en la VFC durante un período de minutos a horas, pero también en los ritmos circadianos que operan en un marco de tiempo de 24 horas.  

Pero ¿cuál es el nivel óptimo de VFC?

Como se mencionó anteriormente, los sistemas biológicos sanos exhiben complejidad espacial y temporal. Las enfermedades pueden implicar una pérdida o un aumento en la complejidad de la VFC, lo que hace que las mediciones de la VFC disminuyan o aumenten.  
Sin embargo, excluyendo algunas anomalías de la conducción cardíaca que pueden elevar sustancialmente la VFC y que pueden diagnosticarse mediante una evaluación electrocardiográfica, la mayoría de las enfermedades degenerativas crónicas que afectan la aptitud cardiovascular ven una reducción de la modulación autonómica de la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
 
En particular, la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección conservada ( HFpEF ) se asocia con una marcada disfunción autonómica, aumento de la actividad del sistema nervioso simpático (SNS) y disminución de la actividad del sistema nervioso parasimpático (SNP).
 
Por el contrario, la abstinencia parasimpática y la hiperactividad simpática con la consiguiente reducción de la VFC también se han asociado con la depresión clínica y el estrés psicológico, factores de riesgo bien establecidos de enfermedades cardiovasculares. 

Por lo tanto , la compleja relación entre la actividad nerviosa del SNS y del PNS parece ser clave para un corazón que funcione saludablemente. Estudios recientes sugieren que la VFC no es sólo un marcador correlativo de la función autónoma sino que también podría modularse para mejorar los resultados clínicos. 

El ejercicio aeróbico regular representa una importante herramienta terapéutica capaz de promover ajustes positivos en la modulación autonómica cardíaca, ya sea reduciendo la influencia moduladora simpática y/o aumentando la influencia moduladora vagal en el corazón, aumentando así la VFC.

También se ha demostrado que la biorretroalimentación HRV, una técnica de respiración lenta, influye en los resultados cardiovasculares en pacientes con diversas afecciones patológicas crónicas, incluidas hipertensión, asma, depresión, ansiedad y trastornos del sueño a través de una remodulación similar de la actividad del sistema nervioso autónomo. 

Es importante destacar que un reequilibrio en el sistema autónomo con niveles restaurados de VFC en reposo mediada por el vago se ha asociado con mejores resultados cardiovasculares y con un mejor desempeño de funciones ejecutivas como la atención y el procesamiento emocional por parte de la corteza prefrontal.

¿Cómo mejoro mi VFC?

Además de estos enfoques conductuales, existen otras técnicas neuromoduladoras no invasivas que pueden usarse terapéuticamente para reequilibrar directamente la función del sistema autónomo: la estimulación del nervio vago (ENV) ejerce importantes efectos antiadrenérgicos y antiinflamatorios y puede lograrse por vía transcutánea mediante estimulando la rama auricular del nervio vago. 

La tecnología de neuromodulación no invasiva de Parasym que aplica VNS transcutánea de bajo nivel (LLTS) se ha estudiado en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Un estudio inicial aplicó estimulación transcutánea de la rama auricular del nervio vago derecho en el trago y mostró una mejora aguda en la mecánica longitudinal del ventrículo izquierdo (VI) asociada con un cambio favorable en el equilibrio simpatovagal, lo que sugiere que los pacientes con peor función cardíaca longitudinal, como como aquellos con insuficiencia cardíaca, obtendrían aún más beneficios de esta modalidad de tratamiento. 

Recientemente, un ensayo clínico aleatorio que utilizó la tecnología de neuromodulación de Parasym confirmó estos hallazgos y mostró mejoras significativas en la mecánica cardíaca, reducciones en las citocinas inflamatorias y mejoras en la calidad de vida en pacientes con insuficiencia cardíaca, lo que sugiere que la neuromodulación vagal no invasiva de Parasym podría ser una opción viable. Herramienta terapéutica asequible, accesible y eficaz para la salud del corazón 

Conclusión:

La VFC es un parámetro útil que puede guiar la evaluación de condiciones patológicas así como las intervenciones terapéuticas. 

El ejercicio aeróbico, las técnicas de respiración y las intervenciones de neuromodulación no invasivas dirigidas son herramientas terapéuticas viables, asequibles, accesibles y eficaces para influir en la salud del corazón.

 

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